La datación se utiliza en arqueología para conocer la edad de los elementos que queremos estudiar. Para esto se utilizan distintos métodos de datación absoluta, que determina la edad de los objetos de estudio respecto a una escala temporal específica (Renfrew & Bahn, 1998).
Algunos métodos son la datación por Termoluminiscencia (para artefactos cerámicos), la Dendrocronología (objetos de madera) y el Radiocarbono (materiales orgánicos).
La datación de radiocarbono estima la cantidad remanente de carbono 14 en restos orgánicos, el cual empieza a desintegrarse de forma continua cuando el organismo deja de vivir, de modo que puede determinarse cuánto tiempo ha pasado desde ese evento. De esta manera, datar restos orgánicos de sitios arqueológicos nos permite conocer la edad de su ocupación humana.
La datación por radiocarbono se basa en que el isótopo 14 del carbono, al ser radiactivo, tiene un decaimiento continuo desde el momento en que el organismo deja de vivir. El decaimiento radioactivo es un proceso en el cual un núcleo (atómico) inestable se transforma en uno más estable, emitiendo partículas y/o fotones y liberando energía durante el proceso. Una sustancia que experimenta este fenómeno espontáneamente se denomina sustancia radioactiva.